Padres · 29 de Ago 2017
Conoce más sobre los remedios naturales producidos por los animales más trabajadores del mundo.
Pixabay
Es más de mitad de año y el frío parece no querer irse de varias partes de nuestro país. Es precisamente en estos meses cuando los chicos se presentan más vulnerables a contraer enfermedades que no hacen más que reemplazar sus días de juego por constantes visitas al médico.
Pero, ¿sabías que hay una forma de prevenir todo esto de forma más natural? La mágica fórmula viene en distintas formas y es fabricada por la madre naturaleza, específicamente, en las colmenas de las abejas. Veamos un poco de qué se trata.
El propóleo es una mezcla de resina, polen y otros minerales que las abejas usan para proteger su colmena, lo que hace que sea un maravilloso elemento que también otorga beneficios en nuestro organismo.
“El propóleo es un antibiótico natural que no causa efectos secundarios. Es muy eficaz en los niños porque estimula y refuerza sus defensas. Además de prevenir, también ayuda a combatir inflamaciones e infecciones de las vías respiratorias como gripe, resfríos, amigdalitis, tos, bronquitis por sus efectos analgésicos, antivirales, antibacterianos y antiflamatorios, nos dice Mariana Zúñiga, gerente de Ecolmena.
El camino que toma esta sustancia desde la colmena es liderado por el apicultor. Ellos son los encargados de recolectar el propóleo y pasarlo por un proceso de disolución para extraer todas sus propiedades activas. Con esta solución, podemos consumirlo en jarabes, sprays, cápsulas, cremas, caramelos y hasta en pasta dental. Opciones hay para todos.
La preferida para endulzar postres o jugos en el desayuno, también es un agente importante para cuidar nuestra salud y la de los pequeños de la casa al ser rica en proteínas, aminoácidos, enzimas, vitaminas y minerales.
“La miel de abeja no es solo fuente de energía, sino que también es un complemento natural que ayuda a prevenir y tratar enfermedades de las vías respiratorias ya que reduce la inflamación y facilita la respiración en los procesos gripales – agrega Mariana –. También consigue acabar con los microorganismos causantes de procesos infecciosos como la bronquitis, sinusitis y constipados e inhibe la irritación y reproducción de bacterias”.
Mariana también nos cuenta que tanto la miel como el propóleo pueden ser consumidos a partir del primer año de edad y que juntos pueden potenciar aún más su poder curativo. Eso sí, ella recomienda tomar una pequeña dosis por primera vez para así descartar cualquier reacción alérgica. En forma de jarabes, podemos combinarlo con eucalipto para enfermedades respiratorias y hasta con muña para males estomacales.
Una pequeña yapita en este artículo es un elemento poco conocido pero con gran poder. La jalea real es una sustancia creada por la abeja para alimentar a las larvas obreras durante sus primeros días de vidas y a su gran abeja reina. Esta es rica en proteínas, glúcidos, vitaminas, lípidos y minerales, lo que aporta grandes propiedades para los humanos en un sentido muchísimo más amplio.
“En los niños, los beneficios se manifiestan estimulando el crecimiento, mejora el rendimiento físico e intelectual, refuerza el apetito combatiendo la anorexia, desnutrición y anemia. Proporciona gran cantidad de energía, favorece la concentración y mejora la memoria”, destaca Mariana.
Se puede comer a cucharadas directas del frasco o mezclándolas con jugos, yogurt y refrescos. Ideal para el desayuno y las loncheras de los chicos.
Como podemos ver, razones sobran. Si queremos que los chicos estén fuertes en estos meses, confiemos en el trabajo de estas pequeñas trabajadoras… ¡Unas grandes de la naturaleza y nuestra salud!