Padres · 30 de Abr 2018
En esta época mundialista, ellas también aspiran con brillar en el mundo del balompié.
Canal IPe
Farah tiene 18 años y practica fútbol desde muy pequeña. Veía como su papá, primos y amigos dominaban el balón y también quiso ser parte de esa emoción. “Ya casi pareces niño” le decían algunos, pero eso no la detuvo nunca.
“Era algo que me cohibía hacer lo que me gustaba. Mi mamá me decía que me metería en equipos y nunca lo hizo porque decían que podía ser machoncita – dice Farah –. Hoy en día ya no existe eso de ‘tú eres niño’, ‘tú eres niña’ para hacer algo que realmente te apasiona”.
Farah es la mayor de las chicas de la Escuela MSV de Surco donde se ofrecen clases de fútbol para niños y niñas por igual desde los cuatro años de edad. Aquí, ellas tienen la oportunidad de aprender sobre los principios del fútbol y desarrollar el talento que tienen con la pelota.
Esta escuela nace de la idea del entrenador Milko Salgado y de su esposa Silvia quienes, inspirados por su pequeña hija, deciden abrir un espacio en el que ella también pudiera jugar, practicar y mejorar sus habilidades.
“Acá hay chicas que juegan muy bien pero que aún pueden pulir su juego. Pronto habrá un campeonato para ellas y, más allá de los resultados, me interesa ver cómo dan los pases, sacan un lateral o marcan para poder corregirlas y que aprendan”, aclara Milko.
Las chicas calientan, estiran y hacen trabajos con el balón. La clase es mixta y el mismo entrenador se encarga de que las rutinas de ejercicios sean igual para todos, ya que en la cancha no hay distinción de género y los une una sola cosa: su pasión por el fútbol.
“Cuando dije que quería jugar me preguntaban por qué quería hacerlo. Yo me decía, si es algo que me gusta ¿por qué no? Creo que no hay que tener miedo de lo que diga la gente y solo intentarlo porque la sensación es hermosa”, relata Bianca desde su posición de arquera.
A otras, su decisión no les fue cuestionada. Para Georgette, el gusto por el fútbol vino desde sus clases de educación física en el colegio y ahora lo ha convertido en su “pasatiempo favorito porque se siente libre al jugar”. Lo mismo pasa con Lia quien tomó como referencia a su hermano mayor para empezar a jugar y nunca más parar.
“El fútbol es para cualquiera que le guste. Hay que llevar constancia, practicarlo si es que te gusta de verdad, estar detrás y seguir – detalla Bia –. Nosotras las mujeres tenemos todas las posibilidades y condiciones de poder jugarlo”.
Según nos cuenta el entrenador, el fútbol es beneficioso porque mejora tanto su capacidad pulmonar como física, el estado de ánimo y la psicomotricidad de los chicos y chicas. Más que un deporte, es un estilo de vida que requiere de disciplina si se quiere llegar a adoptarlo como una profesión, tal como lo han hecho los jugadores de nuestra selección, modelos a seguir de estas talentosas chicas.
“Admiro a Paolo Guerrero porque es como un héroe para mí. Fue quien nos llevó a un mundial y sé que siempre va a meter un gol – confiesa Carla, alumna de la escuela –. Yo también quiero seguir jugando hasta llegar a un mundial de fútbol femenino…¡O hasta uno de hombres! No me importa, yo me meto”.
Así como Carla, también está Luciana, quien se declara admiradora de Christian Cueva y Edison Flores por “no rendirse hasta meter un gol aunque sea”. Ambas aspiran llegar a ligas mayores, vestir los colores de la blanquirroja y representar al Perú como sus ídolos. Los sueños son grandes y no dejemos que, por falta de apoyo o ideas equivocadas, estos se apaguen hasta perderse.
Talento hay de sobra, ¡Arriba, Perú!